Todos queremos que nuestros hijos sean autónomos, respetados, tengan buena autoestima y confíen en nosotros, como padres o madres. Esto lleva un proceso detrás, en el que la manera de educar a nuestros pequeños juega un factor importante.
Es por ello que hablamos de un tipo de crianza diferente a la tradicional, donde los castigos, chantajes o amenazas se cambian por diálogos y negociaciones. Así, al cambiar nuestra forma de expresarnos y tratar al niño o niña, les facilitaremos las herramientas necesarias para enfrentarse a una vida en la que la felicidad forme parte de ella. Hablamos de la crianza positiva.
¿Pero… cómo cambiamos nuestra forma de tratarlos y expresarnos con nuestros hijos?
Siempre desde el respeto y amor hacia ellos. Tenemos que hacer que se sientan parte importante de nuestra familia, que vean que pertenecen a ella y que son queridos.
Para ello, lo primero que tenemos que hacer es sentirnos bien con nosotros mismos, como padres y madres; si nosotros estamos bien, se lo transmitimos así a ellos, y esto, ayuda bastante. Por el contrario, también le transmitimos si no estamos bien, con lo que el proceso de educar se hace más difícil.
Otro factor importante a tener en cuenta es lo que conozcamos a nuestros hijos. Debemos saber qué les ocurre en cada momento, sus emociones y sentimientos para conseguir un clima de confianza satisfactorio y así propiciar el diálogo del que hablábamos anteriormente.
¿Por dónde empezamos?
Comenzar no es difícil, pero sí tenemos que armarnos de paciencia para llegar a lo que queremos conseguir en ellos: autonomía y felicidad en su infancia y a lo largo de todo su desarrollo. Al conseguir mayor autonomía, reforzamos su autoestima, por lo que llegarán a ser niños y niñas más seguros de sí mismos.
Cuidemos nuestras palabras y modo de dirigirnos a ellos
Los niños y niñas, aunque sean pequeños no dejan de ser personas, igual que nosotros, a las que les afectan de un modo u otro el cómo se les diga algo.
A la hora de hablar con nuestros pequeños, es mejor hacerlo sin gritos, ni chantajes o amenazas, usando una comunicación verbal adecuada a su edad, para que comprendan qué les queremos transmitir.
Debemos ser amables, ya que esto nos ayudará con la rebeldía o la autoestima baja. También, firmes, ya que así, no entrará en juego la manipulación o la sobreprotección.
También es muy importante la comunicación no verbal, los gestos, los hechos… ya que somos ejemplo para ellos y cómo vamos a pretender que hagan algo si nosotros mismos no lo hacemos o no somos capaces de mostrarles cómo hacerlo.
Con la crianza positiva, además de establecer un fuerte vínculo entre los padres e hijos, haremos que crezcan de manera feliz, autónoma y respetuosa.
Si quieres saber más sobre educar a vuestros hijos siendo firmes y amables con la Crianza Positiva podéis ver varios podcast para que tengáis más información y veáis como lo lleva a cabo a diario en casa, así como el método Creciendo en Positivo para aprender de forma fácil y sencilla.
La experta Almudena, mamá, maestra de primaria, antropóloga y actualmente cursando el Doctorado en pedagogía Montessori es educadora de familias en Disciplina Positiva y autora de varios blogs.